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Del 100% de la comunicación humana, según los especialistas, aproximadamente un 90% es no verbal, incluyendo los gestos y lo paraverbal, por ejemplo: la distancia entre las personas, la velocidad al hablar y el tono de voz.

Al igual que las palabras, nuestro cuerpo también comunica.

Según los movimientos musculares (estos no son conscientes), podemos identificar si esa persona está enojada, triste, alegre, molesta, etc.

¿Qué es el lenguaje corporal digital?

Es el lenguaje corporal que utilizas en el espacio digital cuando te comunicas por correo electrónico, chat o videollamada. La forma en que te comunicas digitalmente dice mucho de ti, de tu actitud, de tus intenciones y también de tus expectativas.

Sin embargo, el lenguaje corporal digital es más difícil de interpretar que en el plano físico, por lo que es más probable que haya malos entendidos.

El lenguaje corporal digital en el espacio de trabajo

En la actualidad, con modelos de trabajo híbridos y una digitalización cada vez más rápida, el lenguaje corporal digital es más importante que nunca. Ya sea entre compañeros, en contacto con clientes o en sesiones de formación, la digitalización ha hecho que la forma en la que nos expresamos verbal y físicamente haya ganado relevancia.

La comunicación interna de una empresa se enfrenta a un reto especial cuando se trata del lenguaje corporal digital. La colaboración entre equipos y la comunicación digital entre compañeros de trabajo que, por lo demás, no tienen mucha relación entre sí, es especialmente propensa a los malentendidos.

La publicación especializada “Journal of personality and social pshycology” (Revista sobre personalidad y psicología social) en el 50% de los casos se malinterpreta el tono del mensaje por diferentes motivos: la persona no sabe redactar correctamente, estructura confusa, destinatarios incorrectos para resolver los asuntos planteados, falta de agilidad en la respuesta, o confundir “informar” con “comunicar”, entre otros.

Las 4 leyes del lenguaje corporal digital

Para entender mejor los retos y oportunidades de la comunicación moderna, Erica Dhawan define las 4 leyes del lenguaje corporal digital:

  1. Comunícate de manera visual

Cuando no es posible hacer visible un sentimiento de aprobación o una sonrisa de agradecimiento, puedes expresarlo de otra manera. Por ejemplo: usando emojis, dando “me gusta”, usando stickers cuando sea un mensaje de whatsapp. Tómate el tiempo necesario para leer los mails con atención y calma, y responde siempre con respuestas breves, completas y ordenadas. Comunicarse de manera activa reforzará la confianza y el respeto entre los interlocutores.

  1. Comunícate con cuidado

Es importante que todas las partes implicadas se comprometan con la comunicación y se expresen con cuidado y precisión, y pongan especial atención en la elección de las palabras y la forma de comunicarse. La clave está en expresarse con la mayor claridad posible para minimizar el riesgo de ser malinterpretado.

  1. Colaborar e intervenir con confianza

La modalidad de trabajo puede hacer que experimentes miedo, inseguridad y preocupación. Es necesario que puedas superar esos miedos tomar decisiones correctas. Evalúa si esos miedos son reales o no y observa qué acciones puedes realizar para sentir confianza. No olvides hablar de manera asertiva para que tu equipo pueda comprender lo que estás diciendo (no es necesario ser agresivo).

  1. Confiar plenamente

La cuarta ley solo puede funcionar si se respetan las tres anteriores: cree en tu equipo al 100%. En un equipo abiertamente estructurado, puedes confiar en que cada miembro dirá la verdad, mantendrá su palabra y hará su trabajo, sin tener que controlarlo todo.

Ahora que conoces las 4 leyes, te dejamos 5 claves para mejorar el lenguaje corporal digital recomendadas por Erica Dhawan:

  1. Aumenta el nivel de participación en las reuniones utilizando funciones de las videollamadas:

Tanto las reacciones, como las funciones de chat o los “compartir pantalla” donde las personas puedan escribir al mismo tiempo, ayudan a conectar mejor con los mensajes. En su libro brinda algunos ejemplos:

Presencialmente, cuando una persona inclina la cabeza hacia un lado percibimos que puede escucharte con atención.

En el lenguaje corporal digital: es posible participar enviando un comentario detallado en el chat, en lugar de decir solamente “estoy de acuerdo”. Es decir, utiliza formas participativas, emoticones y sustenta las opiniones, sin limitarte a asentir con la cabeza o reaccionar levantando el pulgar de Zoom o cualquier plataforma.

  1. Practica las nuevas formas de escuchar virtualmente

Es posible que mejores la comunicación al mostrarte más compasivo con cada miembro del equipo presente, respetar cuando comparten y opinan diferentes a tí, contemplar el impacto de cada reunión en la agenda de los participantes, no interrumpir y participar en los momentos apropiados.

Agrega valor el escuchar los audios de mensajerías en velocidad normal y responderlos ya sea en voz o texto, y leer atentamente lo que opinan en un chat y en los correos electrónicos. Observa que estas son las nuevas formas de “escuchar virtualmente”.

  1. Cuida todo tipo de expresión al comunicarse

Las reacciones y estallidos emocionales ante los problemas pueden gestionarse mejor si utilizas el “contar hasta diez” antes de responder. En el nuevo código virtual es necesario hacer un esfuerzo continuo para minimizar los riesgos de malentendidos: desde escribir un e-mail y releerlo antes de enviarlo, hasta los audios de WhatsApp y la forma de participar en las reuniones.

La clave para lograrlo consiste en buscar la esencia del mensaje que deseas transmitir, el tono y la emoción adecuada a cada momento, y estructurarlo en tantas partes breves como sea posible.

Cuida y refuerza las buenas formas, sobre todo en comunicaciones de temas sensibles. Y en las empresas, realiza nuevos protocolos según los medios que se utilicen, tal como existen guías para el formato presencial.

  1. Utiliza un lenguaje digital que construya, y no que obstruya

Es importante crear seguridad psicológica en cada intercambio que realizamos. ¿De qué se trata? Básicamente, de desarrollar la confianza entre las personas para que puedan saber que trabajan en una cultura abierta, donde se puede hablar y habrá respeto.

Dhawan, en su libro, utiliza como ejemplo:

Si queremos transmitir confianza, en el formato tradicional mantenemos las palmas abiertas, no cruzamos las manos ni piernas, sonreímos y asentimos con la cabeza.

En la virtualidad, se podría emular usando un lenguaje claro y directo; finalizar con un saludo empático o amistoso (por ejemplo: “Hazme saber si puedo asistirte en algo más con este tema”) y aplicar algunos emoticones o palabras de lo que dice la otra persona dentro de tus respuestas, lo que le da la pauta de que está siendo interpretado su mensaje.

  1. Haz un check-in antes y después de cada reunión de equipo

Si te comunicas con tu equipo por audio o videollamada, pregúntale a tu equipo “¿cómo te sientes hoy?”. Esto te permitirá saber cómo está la otra persona, y, sobre todo, si tiene disposición, tiempo y la capacidad de prestarte atención.

Dedicar unos 5 minutos al check-in al menos una vez a la semana se convertirá en una brújula que permitirá actuar con mayor precisión, saber en qué estado se encuentra cada persona, y desde allí, definir la estrategia de tareas y responsabilidades con mayor asertividad.