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La pandemia del COVID-19 puso de manifiesto que, para afrontar los desafíos del contexto, es sumamente importante contar con nuevos líderes al frente de nuestras empresas. El nuevo liderazgo que se requiere apunta al desarrollo de competencias comunicativas y emocionales que proporcionan mejores vínculos con sus equipos de trabajo.
Alguien que es bueno en su rol no significa que será bueno dirigiendo personas. Eso requiere capacidades diferentes y son pocos a los que se les brindo entrenamiento y guía respecto de cómo conducir a otros. Según la encuesta realizada por SHRM (Sociedad para el Manejo de Recursos Humanos) las principales capacidades que se consideran necesarias son:

  • Comunicación efectiva

La competencia comunicativa en forma efectiva requiere de empatía y capacidad de escuchar empáticamente. Si bien,  hay personas que las detentan naturalmente, quienes no las tengan las tendrán que desarrollar y prepararse en este sentido. Se identificó que el 41% de los empleados encuestados considera que su líder podría mejorar en esta área.
Cuando hablamos de empatía nos referimos a la capacidad de las personas de ponerse en el lugar del otro y de conectar con la emotividad y formas de pensar distintas de las otras personas. Esto significa salir de los propios esquemas mentales y emocionales para abrirse a la escucha con el otro y poder interpretarlo de acuerdo a sus necesidades y/ o motivaciones.

  • Capacitar al equipo

La capacitación y la dotación de herramientas adecuadas a los trabajadores se tornan fundamental en este contexto. Se trata de potenciar con capacidades vinculadas a la creatividad, al razonamiento crítico y la inteligencia socio-emocional. De esta manera, la estrategia apunta a equilibrar las necesidades emergentes de la fuerza laboral con los desafíos empresarios.
En esta línea, el 28% esperaría que su líder lo fomentara y ayudara para alcanzar el próximo escalón en la progresión de su carrera. El cargo al que aspiran puede no estar disponible pronto, pero los empleados podrían ser capacitados para poder pasar a otra oportunidad dentro de la compañía.

  • Manejar el tiempo y saber delegar

La capacidad de delegar es muy importante a la hora de distribuir las tareas. Si un jefe se ocupa de labores que las podría delegar, le está quitando el tiempo a su rol de jefe y, además, está perjudicando a su equipo de trabajo al dejarlo afuera de proyectos o tareas que les pudieran ser útiles en cuanto experiencias y capacidades.
El 37% lo identificó como un problema, ya que desearían les den más trabajo, que si bien parece raro, la lectura entre líneas es que no delegan cosas importantes para hacer, ya que los miembros del equipo se pierden la posibilidad de tener valiosas experiencias trabajando en un proyecto o tarea que debió ser delegada.

Impulsar la cultura inclusiva

Los jefes deben asegurarse de que todos sus empleados se sientan incluidos. En este sentido, para fomentar una cultura inclusiva es necesario dirigir con empatía y tener en cuenta que cada miembro del equipo tiene sus modos diferentes de trabajar. Entonces, se requieren, a su vez, modos diferentes de dirigir para mejorar la productividad de sus equipos y la actitud hacia el trabajo.
Se debe velar porque los empleados se sientan positivos e integrados en todos los aspectos, siendo dirigidos con empatía para promover dicha cultura.

  • Orientar al equipo

Orientar el desempeño del equipo significa que los jefes tienen que garantizar que cada miembro del equipo aporte lo que le corresponde. Generalmente, cuando alguno no cumple con lo que le fuera pautado, otro debe cubrirlo y esto es motivo de tensiones internas en los equipos de trabajo. Si un jefe deja pasar esta situación, está afectando negativamente al desempeño de su equipo.
El 35% piensa que se tiene que mejorar la capacidad de orientar al equipo en desempeño y compromiso, tratando de que cada uno de los integrantes aporte lo que le corresponde, ya que caso contrario se incurre en un malestar generalizado, lo cual tiene como consecuencia directa que caiga la moral del equipo.
En este contexto de pandemia, en el que se extendió el trabajo remoto, se torna difícil el monitoreo del desempeño del equipo. Para ello, es fundamental motivar y brindar confianza para que cada miembro siga alineado con las metas y prioridades de la empresa.
Sin lugar a dudas, el contexto es muy dinámico y, para ello, debemos estar preparados ante los cambios permanentes. Motivo por el cual, el lugar que ocupan los líderes es central y estratégico, debido a que el futuro nos demanda mayor capacidad de innovación y creatividad, no solo en el plano individual sino en el  plano colectivo desde el trabajo en red y colaborativo, es decir, en consonancia con los equipos de trabajo que se lideran, es por eso que desde Solutio trabajamos a la par de las empresas y de sus líderes para mejorar y ayudar a resolver el problema de los que ya se encuentran en su puesto y no cuentan o no tienen desarrollados estos atributos. Parte de nuestro desafío como consultores es combatir la reciente escasez de talento dejada al descubierto por la crisis post pandemia.

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